lunes, 24 de septiembre de 2018

Tu Decisión

La decisión de meditar a diario, de mantener la atención al instante presente, de controlar la respiración y calmar la mente, en resumidas cuentas, de caminar por la Vía, es una de las decisiones más importantes que puedes tomar en tu vida.

Es una declaración de intenciones frente al mundo. Es establecer tu postura anunciando que ocurra lo que ocurra en el mundo, haya paz o haya guerra, tengas problemas o seas feliz, sientas alegría o tristeza, tú vas a meditar día tras día.

Es convertirte en una montaña estable y serena, que resiste sin inmutarse los vientos del Samsara.

Es intentar hacer siempre lo correcto.

Es ser impecable contigo mismo.

Es Zazen.




Gracias por tu caridad. paypal.me/dhammapada


miércoles, 5 de septiembre de 2018

Controlando mi Ira. El tráfico del demonio

Si hay una situación que dispara nuestra ira de manera instantánea, esa es el tráfico diario. Constantemente nos vemos sorprendidos a nosotros mismos gritando y haciendo aspavientos dentro del coche ante la mínima maniobra de algún conductor que invade nuestro terreno.

Una de las técnicas más poderosas para generar la compasión y la generación de la mente de Bodichita es la de cambiarnos a uno mismo por los demás o por nuestros seres queridos.

Cuando un joven comete una imprudencia ante mí y me hace frenar, pienso en aquellos momentos en los que fui un conductor novato. Conducía sin confianza, lleno de miedos y seguramente, entorpeciendo al conductor que me seguía. En ese momento, sentía nerviosismo e inseguridad. Gracias a la paciencia del resto de conductores, tuve una experiencia agradable y mi manejo del automóvil fue mejorando paulatinamente.

Entonces dentro de mi coche cambio a ese joven por mí en aquellos años, y sinceramente, genero una mente compasiva para ayudarle en esos difíciles trances.

Cuando una persona de avanzada edad circula despacio, haciendo que avance de manera más lenta de lo habitual, pienso en el día en que mi padre llegó a casa y me contó que un joven le había insultado por haber maniobrado de manera irregular al cruzar una calle. Mi padre, con sus lentos movimientos y falto de las cualidades de los jóvenes, seguramente habría entorpecido a aquel chaval. Sentí una verdadera compasión y comprendí lo que habría sentido mi padre en esos momentos.

Desde entonces, cuando un señor de avanzada edad ralentiza mi camino, lo cambio dentro de mi mente por mi padre y genero una auténtica mente de bodichita para desearle que tenga los menores problemas posibles.

Esta pequeña pero poderosa técnica no funciona al primer día. El tráfico nos hace olvidar muy rápido la compasión y las buenas intenciones. Pero si perseveramos día tras día e intentamos mantener el control de nuestra mente y nuestros pensamientos, conseguiremos encontrar el mayor tesoro que podamos alcanzar en esta vida como humanos: la generación de la mente de Bodichita, la mente Compasiva.

domingo, 2 de septiembre de 2018

Practicar Budismo en la vida moderna. Una experiencia personal


Bien es cierto que las múltiples obligaciones que nos ocupan durante cada día hacen difícil seguir una disciplina que en un lugar como un templo o monasterio se podrían realizar de manera más fácil y constante.

Personalmente intento integrar la vida familiar con el desarrollo interior de una manera que se puede resumir en unos pocos aspectos:

- Me levanto una hora antes de lo establecido para realizar una media hora de meditación Zazen. Si bien al principio es un poco difícil de realizar, al tiempo experimentamos el placer del control y la disciplina que nos hace continuar durante el día con seguridad y bienestar

- Cultivo de manera constante la atención plena al momento presente, intentando controlar mis palabras, actos y pensamientos y separando mi estado mental de las condiciones externas que la vida me depara.

- Genero siempre en la mente un sentimiento de compasión hacia todos los seres, puesto que todos quieren la felicidad como yo y se merecen mi respeto, compasión y amor.

- Practico Yoga unos 45 minutos al día, buscando el equilibrio entre el cuerpo y la mente

- Al finalizar el día, me retiro nuevamente para practicar meditación Zazen durante aproximadamente media hora, despidiendo el día con el deseo de que TODOS los seres sintientes puedan librarse del sufrimiento.

¡Qué seas feliz allá donde estés! _/|\_ OM MANI PADME UM

viernes, 31 de agosto de 2018

Cuando necesito ver mejor, cierro los ojos

En situaciones cotidianas en las que necesito observar mejor, como al intentar abrir una puerta a oscuras o manipular cualquier interruptor con poca luz, tengo la costumbre de cerrar los ojos!

Aunque pueda parecer un contrasentido, con ello consigo focalizar toda mi atención en la acción que estoy realizando, sin distracciones periféricas.

Siento intensamente como mis dedos agarran la llave y busco con el tacto la cerradura. En ese instante solo existe la llave y la cerradura para mí.

Con esta sencilla técnica de direccionar la atención, consigo realizar la tarea mucho más rápido que si estuviera con la mente dispersa y observando varios objetos externos.
Es una prueba de que la atención plena sobre el instante nos hace mas capaces y hábiles en cualquier situación de la vida diaria.

Recuerda que la atención es como el foco de una linterna lo que no alumbra, no existe para ti.



martes, 21 de agosto de 2018

Mantra Largo de Chenrezig

Chenrezig es el señor del Amor y la Compasión Universal.

Interpretado por la maravillosa voz de Ani Choying Drolma, este video es una auténtica joya del Dharma que nos transmite paz, compasión y armonía. 



sábado, 4 de agosto de 2018

El Samurai


El día ha sido muy duro. No ha parado de llover. El bambú rezuma agua. Está mas verde que nunca.
Mis pies están fríos, doloridos.
Por fin llego a casa. El olor a incienso me hace sentir el hogar.
Abro la puerta y te veo al fondo, postrada de rodillas, atendiendo al té. Haces un minúsculo movimiento con el cuello, imperceptible para la mayoría, suficiente para darme a entender que has escuchado mi llegada.
Dejo mis pertrechos con el ritual milenario de respeto a las armas sagradas.

Llegas a la alcoba para atenderme. Dejamos la armadura, las protecciones, la cota, mi amada espada.
La humedad queda atrás. Me visto con el Kimono ceremonial, sereno, pausado, siendo consciente de cada uno de mis movimientos, atendiendo a la respiración.
Mientras, me observas junto al rincón de la ventana, silenciosa, calmada, perfecta.
Tus formas, tus ojos me elevan a los planos de Buda, donde transitaré sin duda entre ángeles como tu.
Salgo a la estancia principal. Me sigues a pocos pasos, pasos suaves y silenciosos por el suelo de madera.
Nos sentamos frente a la mesa del Té. Sirves con maestría, con delicadeza, con perfección.
Me miras y sabes que mañana ya no estaré aquí. Una espada mas diestra que la mía atravesará mi costado para separarnos por siempre jamás.
Siguiendo el ceremonial del Té, no hay manifestación de dolor, no hay lamentos. Solo nos concentramos en la acción.
Afuera sigue lloviendo. Las gotas caen por el canal del tejadillo.
Este momento es la eternidad. Nada importa morir mañana o esta noche. Cada segundo es una vida, una existencia...
Mañana ya no estaré aquí, pero eso carece de importancia.
El Samurai siempre está junto a Ti.